lunes, 27 de septiembre de 2010

Preparando la torta

El teléfono suena.
Han quedado los platos sucios de anoche y la cámara de fotos en el centro de la mesa.
Mi hermana prepara la torta mientras escucha a un loco cantar y mira una película aburrida.
A mí me duele la cabeza y estoy triste. Lo de anoche fue triste... como siempre...
Tan vacío resulta caer triste y débil, sin los trapos viejos, sin la mesa servida, sin la gente, con la careta amarga de tanto asco.
El día gris opaca todo posible grito y la ausencia es grande, la ausencia es muy grande...

                                                                                           


No está quien debería, y aparece quien nunca estuvo, y desaparece en el agua el esporádico llanto de angustia que nos retuerce los tuétanos y nos va comiendo los ojos...

Se diría que estoy de pie.

Aún por dentro me desmorono sin pensar...

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